Las iglesias evangélicas y el juego de Estados Unidos en el mundo árabe


Desde 1947, numerosos jefes militares y dirigentes políticos estadounidenses, entre ellos los Bush, pertenecen a un grupo evangélico secreto, llamado «La familia», cuya sede se encuentra cerca del Pentágono, en la propiedad de los cedros. Esa organización, luego de aliarse al Vaticano en América Latina en contra de la teología de la liberación, dirige hoy una doble ofensiva contra católicos y musulmanes. De ella provienen también los principales personajes de la dirección política de Estados Unidos y extiende su influencia por el mundo mediante sus misioneros. El politólogo Charles Saint-Prot, quien participará en el coloquio Axis for Peace, analiza, en el trabajo que hoy les presentamos, la estrategia de ese grupo evangélico en el mundo árabe.
Hace varios años que el extremismo religioso, o sea la utilización de la religión en función de objetivos políticos, se convirtió en elemento esencial de la geopolítica del Cercano Oriente.
Ya se conoce la importante que la iglesia evangélica conocida como «revivalista» adquirió en Estados Unidos, donde ejerce considerable influencia sobre la política de la administración Bush. Se sabe también que los miembros de esa iglesia son los más fervientes defensores de Israel y que rechazan toda concesión territorial a los palestinos.
Los evangélicos, quienes se inscriben en la vertiente de los cristianos sionistas –grupo fundamentalista protestante aparecido a fines del siglo XIX y que pretende que la institución de un Estado israelí constituye la realización de la profecía bíblica , no se limitan a prestar a Israel un apoyo moral. Su dinero contribuye a financiar la partida de los judíos de Rusia y de Ucrania hacia Israel.
Según el rabino Yechiel Eckstein, quien dirige una de las principales agencias de recolecta de fondos destinados a Israel entre los evangélicos estadounidenses, su asociación recogió, en siete años, más de 100 millones de dólares estadounidenses
También se sabe que la corriente evangélica, que dice contar con más de 70 millones de fieles en Estados Unidos y que dispone al parecer de cientos de miles de «pastores-propagandistas » pagados, se expande ampliamente por América Latina (Evangelical Union of South America, principalmente en Brasil donde esa iglesia podría tener más de 30 millones de adeptos.
Es notorio que la Casa Blanca, el Congreso y la CIA siguen y favorecen con gran interés la expansión de las iglesias evangélicas. El odio que estas profesan al Islam, al igual que su desprecio por los cristianos árabes, hacen de ellas el instrumento favorito de la política estadounidense tendiente a ocasionar la ruptura en el seno del mundo árabe para lograr organizar un «Gran Medio Oriente» enteramente sometido a la influencia de Washington y de sus aliados israelíes.
La acción de las iglesias evangélicas en el mundo árabe tiene dos aspectos:
· La propaganda anti-musulmana
· La utilización de las comunidades cristianas árabes que actualmente desarrollan en Líbano, Palestina, Siria e Irak.

Por supuesto, esa acción de supuesta evangelización, estimulada, financiada y protegida por el gobierno de Washington, no responde a ningún sentimiento religioso sincero. Su objetivo es crear focos de discordia dentro de los países árabes con el fin de desestabilizarlos y debilitarlos. Su desarrollo atiza artificialmente el choque de civilizaciones y se inscribe en el marco del proyecto en marcha desde el 11 de septiembre de 2001 para demonizar el Islam.

Andrés Naranjo
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